Con el pecho inflado a la bombonera para cerrar la serie

El monumental se vistió de gala y River, demostrando una vez más jerarquía, superó 1-0 a Boca en el partido de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores por el gol de Carlos Sánchez.
     No es una frase hecha que los partidos por las copas, tanto Libertadores como Sudamericana, son diferentes a los del campeonato local. Son distintos por intensidad, por emoción, por estar mano a mano con un rival en igualdad de condiciones y por el formato de ida y vuelta. A estos condimentos hay que sumarle que era el clásico más importante del mundo, o por lo menos una de las rivalidades más llamativas de la historia... “millonarios” y “xeneizes”.
    
Este emparejamiento se empezó a jugar mucho antes del pitazo inicial en el Antonio Vespucio Liberti. La designación del árbitro fue un constante tema para ver a quien beneficiaba o perjudicaba, y hasta la fecha de los partidos estuvo en duda (en Boca aseguraban que se jugaría 6 y 13 de Mayo, hecho que realmente no sucedió.) Lo que tiene que ver con lo estrictamente futbolístico sí empezó el jueves y demostró a lo largo de los 90 minutos las intenciones de los equipos. River, asumió la intención y responsabilidad por el peso de su camiseta y salió a buscar el partido notoriamente. La idea del local se vio en el campo, lo trabó en el mediocampo con Leonardo Ponzio y Matías Kranevitter, de ahí rompió por afuera por derecha e izquierda (Sánchez y Sebastián Driussi) y de esta manera trató de nutrir de oportunidades a los delanteros. Contrariamente a lo que se podía prever, éste primer encuentro por la copa tuvo más jugadas de peligro que el superclásico en la bombonera el pasado domingo.  El encuentro ganó intensidad al principio, la primera llegada clara la tuvo el “millonario” a los 11 minutos tras una mala salida “xeneize” que aprovechó Teófilo Gutiérrez, la cruzó para Rodrigo Mora que no llegó a conectarla en el área grande. A lo largo de la primera etapa, el local se hizo de varios tiros de esquina a los que no pudo sacarle rédito. También hubo un remate de Ramiro Funes Mori tras una segunda jugada de un córner que se fue peligrosamente por arriba del travesaño. “La banda” logró mayor control de balón y predisposición en los 45 iniciales a pesar de no llegar a la ventaja.
     A los doce segundos de haber empezado el complemento, la visita consiguió su jugada más clara cuando Jonathan Calleri rompió la línea defensiva por el lado de Leonel Vangioni pero no pudo vulnerar a Marcelo Barovero quien tapó un mano a mano de mucho riesgo enviándola al tiro de esquina. Siete minutos más tarde, respondió Carlos Sánchez que tras recibir un pelotazo-pase de Vangioni se encontró en el área grande pero tiró con poca fuerza hacia las manos del “1” vestido de negro.
A los 36 minutos de la segunda etapa llegó el único gol del partido. La jugada que derivó en el penal se inició en ¾ de cancha por la derecha del ataque de River. Boca recuperó la pelota con Nicolás Colazo y éste la entregó a Fernando Gago que con un pase erróneo y corto permitió la recuperación de Kranevitter. El tucumano habilitó con un pelotazo a “pity” Martínez quien rompió en velocidad por izquierda, le ganó la espalda a Leandro Marín que no lo pudo parar y al ver que se escapaba lo derribó adentro del área grande. A doce pasos del arco custodiado por Agustín Orión se paró el uruguayo Sánchez quien con mucha convicción cruzó el remate abajo a su izquierda, sector opuesto al que se lanzó el portero. Los pocos minutos que separaron la única anotación del partido con el final pudo haber encontrado a River con un segundo gol de ventaja pero no pudo concretar la correcta terminación de la jugada. A dos minutos del final del tiempo reglamentario, Gutiérrez vio la tarjeta roja por una patada a Guillermo Burdisso.
     El árbitro Germán Delfino no estuvo acertado al impartir justicia, en un par de jugadas debió expulsar jugadores. Por ejemplo, Andrés Cubas, bien amonestado a los seis minutos de la primera parte cometió luego reiteradas faltas que no recibieron la segunda tarjeta amarilla. Pablo Pérez salivó a Martínez (difícil de apreciar para la terna arbitral) pero también debió irse expulsado por ser una conducta claramente antideportiva. Por el otro lado, también podría haber juzgado de expulsión cuando Funes Mori saltó a disputar el balón frente a Pérez a los 8 minutos del complemento y estiró de más su pierna derecha. Además, al tratar de que el juego no se le fuera de las manos, sancionaba infracción en varias leales disputas del esférico en la mitad de cancha e impedía la aceleración del encuentro.
     Lo más destacado del conjunto de Marcelo Gallardo fueron sus mediocampistas centrales, que no exclusivamente se dedicaron a cortar y manejar los hilos a lo largo de los 90 minutos, sino que gestaron acciones en ataque. De esta manera, River no sólo va con la ventaja de la victoria a la cancha de Boca sino que tampoco recibió algún gol de local.

Formaciones:
RIVER: Barovero; Mammana, Maidana, Funes Mori, Vangioni; Sánchez, Ponzio, Kranevitter, Driussi; Mora y Gutiérrez.
BOCA: Orión; Marín, Díaz, Torsiglieri, Colazo; Gago, Cubas, Pérez, Lodeiro; Pavón y Calleri.
Ingresaron: Burdisso por Díaz (BOC), Martinez por Driussi (RIV), Mayada por Ponzio (RIV), Carrizo por Pavón (BOC), Osvaldo por Calleri (BOC).

Augusto Cornes

Tw: @augustocornes

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