El monumental se vistió de gala y River,
demostrando una vez más jerarquía, superó 1-0 a Boca en el partido de ida de
los octavos de final de la Copa Libertadores por el gol de Carlos Sánchez.
No es
una frase hecha que los partidos por las copas, tanto Libertadores como
Sudamericana, son diferentes a los del campeonato local. Son distintos por
intensidad, por emoción, por estar mano a mano con un rival en igualdad de
condiciones y por el formato de ida y vuelta. A estos condimentos hay que
sumarle que era el clásico más importante del mundo, o por lo menos una de las
rivalidades más llamativas de la historia... “millonarios” y “xeneizes”.
A los
doce segundos de haber empezado el complemento, la visita consiguió su jugada
más clara cuando Jonathan Calleri rompió la línea defensiva por el lado de
Leonel Vangioni pero no pudo vulnerar a Marcelo Barovero quien tapó un mano a
mano de mucho riesgo enviándola al tiro de esquina. Siete minutos más tarde,
respondió Carlos Sánchez que tras recibir un pelotazo-pase de Vangioni se
encontró en el área grande pero tiró con poca fuerza hacia las manos del “1”
vestido de negro.
A los 36 minutos de la segunda etapa llegó el único gol del
partido. La jugada que derivó en el penal se inició en ¾ de cancha por la
derecha del ataque de River. Boca recuperó la pelota con Nicolás Colazo y éste
la entregó a Fernando Gago que con un pase erróneo y corto permitió la
recuperación de Kranevitter. El tucumano habilitó con un pelotazo a “pity”
Martínez quien rompió en velocidad por izquierda, le ganó la espalda a Leandro
Marín que no lo pudo parar y al ver que se escapaba lo derribó adentro del área
grande. A doce pasos del arco custodiado por Agustín Orión se paró el uruguayo
Sánchez quien con mucha convicción cruzó el remate abajo a su izquierda, sector
opuesto al que se lanzó el portero. Los pocos minutos que separaron la única
anotación del partido con el final pudo haber encontrado a River con un segundo
gol de ventaja pero no pudo concretar la correcta terminación de la jugada. A dos minutos del final del tiempo reglamentario, Gutiérrez
vio la tarjeta roja por una patada a Guillermo Burdisso.
El
árbitro Germán Delfino no estuvo acertado al impartir justicia, en un par de
jugadas debió expulsar jugadores. Por ejemplo, Andrés Cubas, bien amonestado a
los seis minutos de la primera parte cometió luego reiteradas faltas que no
recibieron la segunda tarjeta amarilla. Pablo Pérez salivó a Martínez (difícil
de apreciar para la terna arbitral) pero también debió irse expulsado por ser
una conducta claramente antideportiva. Por el otro lado, también podría haber
juzgado de expulsión cuando Funes Mori saltó a disputar el balón frente a Pérez
a los 8 minutos del complemento y estiró de más su pierna derecha. Además, al
tratar de que el juego no se le fuera de las manos, sancionaba infracción en
varias leales disputas del esférico en la mitad de cancha e impedía la
aceleración del encuentro.
Lo más destacado del conjunto de Marcelo
Gallardo fueron sus mediocampistas centrales, que no exclusivamente se
dedicaron a cortar y manejar los hilos a lo largo de los 90 minutos, sino que
gestaron acciones en ataque. De esta manera, River no sólo va con la ventaja de
la victoria a la cancha de Boca sino que tampoco recibió algún gol de local.
Formaciones:
RIVER: Barovero; Mammana, Maidana, Funes Mori,
Vangioni; Sánchez, Ponzio, Kranevitter, Driussi; Mora y Gutiérrez.
BOCA: Orión; Marín, Díaz, Torsiglieri, Colazo;
Gago, Cubas, Pérez, Lodeiro; Pavón y Calleri.
Ingresaron: Burdisso por Díaz (BOC), Martinez por
Driussi (RIV), Mayada por Ponzio (RIV), Carrizo por Pavón (BOC), Osvaldo por
Calleri (BOC).
Augusto Cornes
Tw: @augustocornes
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