Los argentinos golearon 3-0 a
Tigres de México en el imponente estadio “Monumental” y se coronaron como
claros merecedores y campeones del máximo título a nivel continental por estas
latitudes.
Tuvieron que pasar 19 años para
que uno de los clubes más importantes del mundo tuviera su revancha
internacional. Se tomó revancha de una Copa que ha sido esquiva a lo largo de
la rica historia “millonaria” porque de 105 años sólo la había conseguido en
dos ocasiones. Desde aquel 25 de mayo de 1901 cuando dos clubes de barrio,
Santa Rosa y La Rosales, se unieron y le dieron fundación al Club Atlético
River Plate en las cercanías a La Boca, dos veces había conseguido este
certamen, hasta este año que rompió el maleficio.
La
vida deportiva del “millonario” está plagada de títulos, de hecho tiene en su
haber 52 consagraciones descompuestas en: 35 títulos en el profesionalismo, 8
internacionales, 1 en el amateurismo y 8 copas locales. Largamente el mejor a
nivel local, el plano fuera de argentina empezó a tomar poderío y
acrecentándose desde la llegada del “muñeco” Marcelo Gallardo. El arribo del ya
ídolo como jugador, y a partir de estos logros como director técnico más
idolatrado aún, consiguió el primer puesto en las tres copas disputadas, Copa
Sudamericana 2014, Recopa 2015 y Libertadores 2015. Además, adjudicándose ser
el único club en la historia en lograr el combo Sudamericana y Libertadores de
manera consecutiva, por donde se lo mire todo es color de rosa. En lo
futbolístico hubo claramente un cambio en este campeón que mutó. No sólo en
este copa, el River versión 2014 desplegaba un juego vistoso, de posesión y
hermoso a la vista comandado por Leonardo Pisculichi. Este River 2015 es más
inteligente, menos vistoso (pero no por eso despliega mal fútbol) pero aún
efectivo. He ahí donde hay que detenerse y señalar una de las virtudes de este
plantel.
Cambia la forma de jugar, NO la idea y sigue estando al máximo nivel
continental. Cambia y cambió porque los argentinos no jugaban de esta manera
tampoco en la primera fase de la Copa conseguida. En ese grupo estuvo a minutos
de ser eliminado y justamente quedó a disposición de Tigres, quien le dio la
clasificación que no desaprovechó. El duelo contra Boca, su eterno rival hizo
cambiar para bien a los once, el ingreso de Leonardo Ponzio le dio una solidez
que no había tenido y le brindó fuerza a esa columna vertebral compuesta por
Marcelo Barovero, Jonathan Maidana, Matías Kranevitter y Rodrigo Mora.
Justamente “Leo” fue una de las figuras principales de la final. Se hace
difícil destacar a uno de los campeones porque realmente el equipo se potenció
apoyándose en cada uno de los individuos para lograr la figura. Cuando estaba a
minutos de quedar afuera de la Copa en México en fase de grupos apareció Mora,
o Dueñas con la camiseta de Tigres metiendo gol contra Juan Aurich, y hasta un
jugador que ingresó en el mundo River en el medio del torneo como Lucas Alario
concretando el primer gol de la final.
Concluyendo, en todo caso la
figura no la busquen adentro del rectángulo de juego, esa figura SEGURAMENTE
esté sentada en el banco de suplentes dando indicaciones. Entre tanta euforia, este
protagonista necesario y fundamental en el momento dulce de River, en pleno
festejo y a tan sólo segundos de haber levantado la presea tan anhelada como
entrenador sentenció: “Vamos por más…”
Augusto Cornes
@augusto.Cornes