El Mundial económico de Argentina 1978

     El Mundial de Argentina 1978 fue uno de los tantos torneos organizados por la FIFA que, en la teoría, prometían grandes cambios beneficiosos económicamente pero, en la práctica, ocasionaron importantes deudas a los países anfitriones.
     Arrasados por la euforia y alegría de vivir y organizar una competición de primer nivel, como la Copa Mundial de la FIFA, muchas veces se piensa y prioriza el plano deportivo por sobre el económico, cuando debería mantenerse un equilibrio. El Mundial de 1978 que en un principio a la Argentina, le iba a costar unos 70 millones de dólares. Jorge Rafael Videla, dictador al mando del país en ese momento, le restó importancia al enorme gasto económico que se ocasionaría y anunció que se llevaría a cabo el torneo por más que costase 100 millones de dólares. El ministro de economía, José Alfredo Martínez de Hoz, tuvo una visión más acertada y advirtió que había muchos aspectos que arreglar antes de gastar ese dinero para ese proyecto.
     Finalmente, el certamen se llevó a cabo y una vez terminado, provocó un egreso de 800 millones de dólares, un gasto más de once veces mayor a lo previsto. Esta deuda engendrada, actualmente a 34 años de aquel desastre económico y sumado a otros ligados a la dictadura argentina, sigue siendo un pasivo difícil de solventar.

Un Mundial de pobreza

     Las grandes multinacionales se apoderaron del negocio del fútbol, Mundiales, Copas Américas, Juegos Olímpicos, y los países anfitriones son un elemento más del cual se aprovechan estas empresas y Brasil 2014 no será la excepción.

En 1974, Joao Havelange accede a la cima de la FIFA , órgano rector del deporte mundial , allí al asumir dijo “ Yo he venido a vender un producto llamado futbol “, veinte años más tarde , en 1994 hablando en Nueva York ante hombres de negocios dijo “ Puedo afirmar que el movimiento del futbol en el mundo alcanza anualmente la suma de 225.000 millones de dólares facturados.

“El futbol es un producto comercial, que debe venderse lo más sabiamente posible y recordó la ley primera de la sabiduría en el mundo contemporáneo “Hay que tener cuidado con el envoltorio “.

     La mayoría del mundo posee una mirada positiva en vistas a la llegada de una competencia de tan alto nivel como las organizadas por la FIFA o un Juego Olímpico. Brasil, que tiene una economía en crecimiento, afrontará el Mundial de fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016. Las inversiones extranjeras, estarían dispuestas a aportar 32 mil millones de dólares para estas dos competiciones. El Ministro de Deportes, Orlando Silva, dice que esos dos futuros acontecimientos consolidarán a Brasil como "un país marcado por la diversidad, la tolerancia y la cultura de paz".
Seguramente que la llegada de estos mega-eventos traen consigo aspectos beneficiosos para el país organizador, como nueva infraestructura y turismo, entre otros. Pero… ahí es cuando debemos preguntar, es acertada la decisión de priorizar estos acontecimientos, estos negocios, cuando un país como el brasileño tiene 42,6 millones de personas en la pobreza, lo cual representa un 35% de la población del país?